La mala suerte quiso que el diploma de uno de los finalistas del premio Paco Bascuñán al Diseño Tipográfico se colara por el hueco del ascensor en el momento en que se dirigía a la ceremonia de entrega de los premios.
Un diligente operario de la EASD con la ayuda inestimable de Victor Palau y ante la atribulada mirada de la organización del Congreso, permitieron recuperar in extremis el valioso documento perdido, caligrafiado de puño y letra por Ricardo Rousselout.
Tras el pánico inicial la emoción se liberó al recuperar el documento sin daños, los espectadores se fundieron en un sentido abrazo y todo quedó en un susto.